
Frío o calor. El dilema
Es muy común preguntarse que es mejor aplicar ante determinadas lesiones, y de ahí la cuestión… frío o calor?
Son dos agentes físicos que se llevan aplicando a lo largo de muchos años con un efecto terapéutico, sobretodo antiinflamatorio.
Por una parte, el frío, aplicado en sus diversas formas (hielo, coldpacks, bolsa de guisantes congelada…) es un potente vasoconstrictor. Esto que significa, que cuando tenemos un traumatismo agudo (golpe, torcedura, rotura fibrilar…) y aplicamos frío, nos va a generar un cierre de la permeabilidad de los vasos sanguíneos para que no nos provoque demasiada extravasación de sustancias inflamatorias.
Por otra parte, el calor (bolsa de agua caliente, de semillas, manta eléctrica…) es un potente vasodilatador. Esto es, que cuando tenemos alguna lesión en donde no nos llega suficiente sangre, el calor va a provocar un aumento del diámetro de los vasos y por lo tanto, más aporte sanguíneo. En este apartado podemos incluir lesiones tales como contracturas o rigideces musculares, dolores menstruales (congestión vascular pélvica)… Además, también estaría indicado en aquellas inflamaciones que llevan varias semanas de evolución, porque esa vasodilatación ayudaría a reabsorber las sustancias de deshecho que quedan enquistadas.
Pero ojo! Quiero puntualizar que la inflamación es una respuesta normal del cuerpo ante una lesión y necesaria para la recuperación de los tejidos. Lo que se busca con medidas como el frío, es que a través de un agente físico natural, se controle esa inflamación para que no sea excesiva y/o demasiado duradera, que acabaría consiguiendo el efecto contrario, retardando esa recuperación. Por eso, estas medidas tienen que ir acompañadas de un tratamiento de fisioterapia para evitar que la inflamación vuelva o perdure una vez pasado el efecto antiinflamatorio, que no deja de ser temporal.
la inflamación es una respuesta normal del cuerpo ante una lesión y necesaria para la recuperación de los tejidos
Otro dato importante, escuchar al cuerpo, no todos reaccionan de la misma manera. Con esto que quiero decir, que aunque haya evidencia científica sobre el tema y que en una gran mayoría provoque efectos positivos, si aplicas frío o calor en los casos indicados, y agrava la inflamación o provoca un aumento de dolor posterior, no se debe aplicar. Por suerte, en el campo de la Fisioterapia tenemos una gran variedad de opciones de tratamiento, así cuando con alguna técnica no obtenemos los resultados esperados, buscamos otras.